La comprensión de la indivisibilidad se logra adentrándonos en reconocer la diferencia de las unidades que la integran y por medio de las cuales se manifiesta, basada en la inteligencia creativa que le permite superarse y renovarse.

La unidad no puede construirse basada en la división, solo aceptando de motus propio en plenitud de libertad el seguimiento de las reglas fundamentales y genuinas de la institución. Ésta conducta hace factible la legitima obediencia que cada masón juramenta por su honor, cumplir y hacer cumplir.

De esta manera tanto logias como masones individualmente gozarán de la máxima libertad encaminando sus esfuerzos sinceramente en bien general de la orden, condición necesaria para el progreso individual y colectivo que sirve de mortero a la unidad masónica.

La elección de los lineamientos que rigen a todo cuerpos mas:. deben estar basadas en el magisterio; siendo este el único capaz de dirigir al cuerpo. Dicha soberanía del magisterio evita que la autoridad delegada en sus luces se vuelva ficticia o arbitraria.

La práctica de la soberanía de la maestría se hace entonces palpable y tangible, denotándose como autoridad legitima y regular.

La práctica de la autoridad en forma regular y legítima con el uso y la costumbre se transforma y eleva hasta transformarse en un lindero que circunscribe, regula y asegura la vida de todo cuerpo, pues siembra en la razón de los hombres la práctica de la justicia y la virtud.

La práctica generalmente aceptada no es inmutable, sino que debe darse dentro del espíritu reformador y progresista con la mira de obtener el bien general de la orden, de la humanidad y del taller en particular.

Los errores, prejuicios, reglas, preceptos y leyes arbitrarias son los que dividen a la masonería impidiendo su unificación y sectorizando la universalidad de la institución.

La práctica del gobierno de la orden debe ser con "libre disciplina y disciplinada libertad". Para que ésta disciplina sea cohesiva y no coercitiva, debe ser "libremente reconocida, aceptada y proclamada" como tal, con el respeto que nace de la fe puesta en nuestros ideales, la esperanza depositada en nuestra potencialidad para alcanzarlos y con el amor que le debemos a la humanidad.

Solo de esta manera se formarán hombres realmente libres dentro del marco del progreso de la verdad y la virtud. Es tarea fundamental de los Maestros comprenderlo y realizarlo, armonizando la más perfecta disciplina con la plena libertad, solo así se estará levantando el edificio simbólico apoyado en las columnas de la verdad y la virtud.

Es utilizar constantemente el compás de la libertad combinado con la justa y perfecta disciplina de la escuadra, donde todos sus miembros significarán los nudos de la cuerda mística, firme y sólida unión de los iguales en una alianza que se extienda a todos los masones del orbe, en comunión.

El mortero ha de ser el amor fraternal que brota de la semilla del concepto de unidad, de la unidad de origen, de la unidad de ideales y la unidad de la finalidad perseguida.

Para poder hacer una obra duradera debemos escoger bien los materiales, prepararlos y colocarlos en su lugar, solo así haremos una verdadera masonería universal.

Relizando cada uno su parte y esforzándose en perfeccionar su propio material para alcanzar la altura de su propio ideal, en lugar de tratar de imponerlo a los demás. Esta cooperación individual nos hará libres de errores e incompatibles con las ambiciones personales.

Seremos entonces obreros todos, al servicio de una misma inteligencia creadora, de un mismo plan, dignos y orgullosos por la oportunidad de cooperar a un ideal magnificente que consolide una masonería única e indivisible.

Habremos logrado la meta de anidar en nosotros el espíritu que guié a nuestras mentes y nuestras acciones hacia el sendero de la luz y la verdad.

Empecemos de los simple a lo complejo, de lo razonable a lo abstracto, conozcámonos a nosotros mismos y conoceremos a los demás, estudiemos y conozcamos a la naturaleza y sabremos de donde venimos, quienes somos y hacia donde vamos, para finalmente estudiar, conocer e integrarnos a la inteligencia creadora que a través de todos los tiempos ha sido el alma mater que ha velado por la humanidad.

Os reitero la invitación a tomar plaza en esta sala cibernética fraternal, despidiendo de vvos:. con los ssig:. ttoc:. y bbat:. que dignamente os corresponden.

Reiterándoles nuestro respeto y cariño de siempre.